miércoles, 7 de agosto de 2013

UNITÉ D´HABITATION (1947-52) MARSELLA - FRANCIA.

1 Tomada del texto: Le Corbusier OEuvre Complète 1946 – 1952; Publiée par W. Boesiger; Editions Girsberger Zurich, 1953 pág. 213

Luz, Forma y Sombra

Una reflexión del habitar moderno

… « L’Architecture est le jeu correct et magnifique des formes sous la lumière. »2

No es posible desligar la obra de Le Corbusier de tan renombrada frase: “La Arquitectura es el juego correcto y magnífico de las formas bajo la luz”; a primera vista podría parecer correcto, por no decir que lo es, cualquiera que quisiera utilizar tal máxima para definir Arquitectura, sin embargo algo más se entreteje en aquella expresión. Solo tomémonos un momento, algo más de 2 minutos, y viajemos con nuestra mente a un otoño en Marsella; Marsella, una población al sur de “La France” que cuyas costas rodean el Mediterráneo; es Francia en la post-guerra y es la Francia que un día Borges le escribió. Ahora miremos nuestra imagen y elucubremos: Helios aún conduce su carruaje, falta poco tal vez para comparecer ante Gea en el río perfecto que circunda la tierra, como todos los días, ante todos los años y por todos los siglos, un ciclo griego que no podría abdicar.

Entonces aquellos destellos golpean un montículo artificial, algo estorba en el camino solar. Nuestro momento capturado da certeza a aquel acontecimiento. Empero se bosqueja en paralelo, un mundo sin par, un mundo en el que no vez a nadie, solo esperas encontrarte a ti mismo, algunos lo llaman sombra.

Y es aquí donde la proposición del arquitecto suizo-francés, cobra vida para nuestra imagen; pero detengámonos un momento; ¿solo son formas y luz? Tal vez podríamos concebir que las formas están condenadas a desvanecerse en sombras, pero realmente son forma y luz las que engendran el espacio paradigmático del siglo pasado. En la calle todo es luz, todos somos todos, no hay nada particular; no obstante detrás de la forma que enceguece la luz está la sombra que viste la habitación, en ella el hombre es el todo, hay algo particular, una silla tal vez; tu silla, mi silla, porque no la silla de un Dios que contempla el mundo infinito, el silencio que recoge pensamientos y el hombre que vuelve a ser hombre.

Son entonces tres los elementos que conforman el espacio: el primero, la luz, la calle, lo público, otro: la forma, la coraza, la transición, y por último, la sombra, el resguardo, la caverna, nuestra ferviente habitación. Ahora bien, ¿qué podría ser la Habitación? Nada más que un mundo particular compuesto de sombras que propician el sosiego, el imaginar; un espacio contenedor de mundos individuales, casi impenetrable, que recoge la cosmovisión, el alma y el sentir. Es allí donde el pensamiento se fuga del cuerpo, como la sombra se desvanece de la forma.

2 Pie de Foto en: Le Corbusier OEuvre Complète 1946 – 1952; Publiée par W. Boesiger; Editions Girsberger Zurich, 1953 pág. 222


Unité d´habitation (1947-52). Marsella - Francia.

1 Le Corbusier, 1950 | http://morrischia.com/david/portfolio/boozy/research/modulor.html | Boozy: The Life, Death, & Subsequent Vilification of Le Corbusier | The Modulor | citado: octubre 13 de 2012 | Alex Timbers, Juliet Chia & David Morris | ingles.

DELIMITAR DEL ESPACIO

“LOS POCILLOS ERAN seis: dos rojos, dos negros, dos verdes, y además importados, irrompibles y “modernos”. Habían llegado como regalo de Enriqueta, en el último cumpleaños de Mariana, y desde ese día el comentario de cajón había sido que podía combinarse la taza de un color con el platillo de otro.”2 

Eran entonces, pequeñas formas trabajadas en cualquier taller francés, que reposaban, cual regalo preciado en la alacena de la cocina, preparados para el café de tarde como era costumbre en la salita de una moderna casa en la costa sur del país galo. José Claudio el esposo de Mariana, un viejo fumador que había perdido la vista por esas cosas de la vida que nadie puede explicar, siempre se sentaba junto a su hermano, su querido hermano y Mariana; mujer que amaba desde que vio su bello rostro, en aquellos tiempos de visión. 

En la sala donde fácilmente se veía a lo lejos un bosque, gracias a un esplendido balcón, que más que balcón era un jardín, pues junto a los calados que permitían filtrar el sol y el viento, la mesa y el nicho lateral de concreto, estaban eternamente plantas verdes que conectaban visual y casi que espiritualmente con el lejano bosque; esto, más que un espacio, era un lugar de estancia. Pero en realidad atrás el sofá; aquel sofá que tantas veces escuchaba las conversaciones de estos y el gusto de un buen café en los pocillos de colores, que le daba la posibilidad a un hombre ciego de percibir aquel espacio. En realidad la poética de invitar a un café podría ir más allá de estar sentados degustándolo en el sofá de sala, pues minutos atrás en la cocina estaba Mariana; una cocina que ella describía cuantas veces venia Enriqueta a su casa, como ¡la más moderna y colorida cocina de Europa entera! Pero lo que en realidad no sabía aquella mujer era que en ella, la cocina, había una investigación profunda sobre los muebles empotrados para guardar todos los utensilios, la vajilla y las legumbres, incorporaba además la estufa eléctrica, la campana extractora, el fogón, la heladera, el schut etc3. Dos superficies de trabajo en aluminio con pozuelos; todo esto moderno y colorido en un área muy reducida algo que Le Corbusier, el arquitecto, logra con asombrosa optimización. 

Pero volviendo con Mariana que está en la cocina aún, reposa el café en la barra que conecta directamente ¡la más moderna y colorida cocina de Europa entera! con un espacio donde Mariana y su ciego esposo José Claudio tomados de la mano decidieron llamar: resguardo de amor; claro era una insaciable y soñadora pareja. En aquel lugar donde mucho tiempo atrás colocaron con firmeza una mesa de cuatro patas, cuatro lugares, por ende cuatro sillas, una mesa de blanca madera, una mesa que congeniaba perfectamente con la barra donde reposa el humeante café; que si no fuera por la silla que da hacia el sofá, hacia el muro bajo, hacia el balcón, hacia el nicho y mesón, hacia el jardín, hacia el exterior, hacia el lejano bosque verde, José Claudio, que era un hombre ciego, no podría distinguir entre tanto, el comedor y la salita de tomar café con Mariana y su hermano, querido hermano, las tardes en su casa de Marsella. Casa, porque aunque en varias ocasiones Mariana le corregía: - es un apartamento José Claudio; tal vez, por lo tanto un apartamento típico que tiene dos pisos a manera de casa, esto y un salón – comedor – cocina forman una sola entidad para lograr ser el centro espacial4, el espacio integrador de la dinámica domestica, donde se reúne el grupo familiar entorno a la preparación y consumo de alimentos, no es más que la esencia del hogar. Por ultimo José Claudio como hombre ciego, al igual que un hombre común que no ve arquitectura solo lo delimita y percibe con los objetos.

2 BENEDETTI, Mario. Todos Los Cuentos de Mario Benedetti. Los Pocillos. Casa de la Américas, Universidad de Virginia. Cuba. 1980. Pág. 209
3 VÉLEZ ORTIZ, María Cristina. Investigación sobre una forma de habitar moderna: la Unidad de Habitación de Marsella Le Corbusier. Universidad Nacional de Colombia, Escuela de Arquitectura, sede Medellín. Medellín. 2007. Pág. 75

Imagen original: Le Corbusier Œuvre Complète 1946 – 1952; Publiée par W. Boesiger; Editions Girsberger Zurich, 1953 pág. 207 Técnica: Digital – Transgresión Photoshop Inc.

LA UNIDAD, LA CÉLULA, LA CELDA
El caso de L’Unité d’Habitation du Marseille

… “Pero no cabe duda de que este enorme edificio ha tenido una influencia enorme en la formación de la mentalidad de la generación más joven; también a contribuido a liberar la mente de arquitectos y urbanistas de esa concepción del alojamiento como una simple adición de viviendas sueltas, y a ampliarla al marco más amplio del hábitat moderno.”1

Si bien Giedion finaliza el capítulo “Le Corbusier y los medios de la expresión arquitectónica” resaltando la labor del arquitecto paradigmático dentro de los procesos de cambio y consolidación de un movimiento moderno, al menos a mediados del siglo XX en Europa Central, consolidando una idea acertada, cuando plantea la escala de visión desde la renovación en la idea de vivienda, respuesta propia al problema inmobiliario de posguerra que enfrentan los países aliados, en este caso: Francia con el apoyo incondicional del ministro Clausius Petit2; formaliza, además; soluciones puramente técnicas y bien las podríamos llamar matemáticas: el aumento de la densidad, la liberación del uso del suelo y la construcción en altura para un sistema en serie. Podemos decir que este es el crítico que más exalta a Le Corbusier dentro del cambio rotundo que provoca la arquitectura moderna y que queda corto al reducir la escala de visión en el conjunto, es decir, las unidades de habitación. Una escala general que sintetiza en la operación de las ciudades y en asuntos puramente formales con la nueva manera de vivir o de hacer vivienda para un hombre moderno.

Entonces propondríamos tres escalas que hablarían o representarían al proyecto moderno con el habitar la vivienda moderna. Esto vigilado por un proceso de decantación o de análisis de lo general a lo particular, sabiendo que las tensiones reducto de estas tres escalas son correlativas e indisolubles. La primera es la Unidad que es el conjunto formal de partes repetitivas definidas, más los espacios comunales y de servicios indefinidos en principio pero congruentes con la Unidad Habitacional. En varias bibliografías o autores que citan el tema de la vivienda en Le Corbusier la composición de una parte habitacional para las variaciones de familia, producto del trabajo investigativo del estudio del arquitecto, proceso de adición y articulación de espacio como: la cocina – comedor – salón algo que llamaremos Espacio Integrador de la Dinámica Domestica, las zonas de servicios como: baños, fregaderos y demás, circulaciones mínimas y optimas y por ultimo las habitaciones o dormitorios. Para estos elementos que compondrían un parte de la Unidad los llamaremos células. Células de habitaciones formalmente puestas en serie, concebidas como las partes constantes y repetitivas en la Unidad.

Pero algo más interesante sucede si bajamos la escala de visión hasta la ultima categoría de esta Célula habitacional, el dormitorio mínimo o Celda habitacional. Traigo a colación la palabra celda porque sin duda alguna el proceso de composición de una habitación mínima, en donde se albergue actividades múltiples como, asearse, acomodar las prendas de vestir, el descansar, el meditar o laborar y finalmente el de recrear, se base en la tipología de celda de los monasterios del medioevo. No podemos dejar a un lado el proceso de abstracción de estos criterios en el proyecto de Le Corbusier para el Convento de Santa María de la Tourette. Y es que este espacio concebido como un espacio íntimo, reservado, propio del ser individual y no social, es el producto de la idea de Celda en el habitar moderno.

Ahora bien, la Celda es el espacio mínimo, individual y propio del hombre para sus actividades de asepsia, descanso, meditación o labores intelectuales, por así decirlo. Tal vez cause extrañeza en nuestra cosmovisión contemporánea un lavado o lavamanos al inicio del programa de la habitación mínima, pero la acción de lavarse manos después de estar en la ciudad moderna, el mundo profano, sucio, ruidoso, veloz, simboliza y formaliza el paso y la limpieza a un mundo limitado, sagrado, limpio, silencioso y lento. Esto por hacer alusión tan solo a un componente del programa de la habitación mínima o Celda. Pero la verdad es que tanto la habitación para la vivienda moderna como el tipo de celda de un monje cualquiera radican en el mismo concepto. Un mundo individual, paralelo, de producción personal, limitado, íntimo, para el hombre que deja de ser social, que deja atrás por un momento lo moderno y vuelve a ser monje del siglo XIII. Podría ser la Celda el espacio contradictorio en el paradigma de un mundo, de una arquitectura y un hombre moderno.

1 GIEDION, Sigfried. Espacio, Tiempo y Arquitectura. Le Corbusier y los medios de la expresión arquitectónica. Editorial Reverté. Barcelona. 2009. Pág. 535
2 Ibíd. Pág. 532


HISTORIOGRAFÍA DE L’UNITÉ D’HABITATION DE MARSEILLE
A partes de tres autores

Este es un escrito que se interesa por revisar la historiografía del proyecto edilicio en estudio, desde tres obras fundamentales para la historia de la arquitectura moderna como: Espacio, Tiempo y Arquitectura de S. Giedion, Historia de la Arquitectura Moderna de Leonardo Benévolo y la compilación Le Corbusier OEuvre Complète. En este ultimo, desarrollado por Willy Boesiger, se abre el capítulo dedicado a l’Unité en Marsella - Francia, con esta frase propia del arquitecto:

L’Unité d’Habitation de Grandeur Conforme, érigée sans règlement, - contre les règlements désastreux. Faite pour les hommes, faite à l’échelle humaine. Faite aussi dans la robustesse des technique modernes et manifestant la splendeur nouvelle du béton brut. Faite enfin pour mettre les ressources sensationnelles de l’époque au service du foyer, - cette cellule fondamentale de la société.1

Unité d’habitation de Grandeur Conforme, construida sin reglamento, contra los desastrosos reglamentos. Hecha para hombres, hecha a escala humana. También hecha en la robustez de las tecnologías modernas que manifiesta el nuevo esplendor del hormigón en bruto - Hecha al fin para conseguir los recursos sensacionales de la época al servicio de la casa - la célula fundamental de la sociedad.2

Es esta proposición de Le Corbusier que traza la guía para el análisis de la historiografía3, toca de alguna forma y con cierta profundidad la obra aquí estudiada; lo primero que encontramos es la concordancia con la estructura de redacción que los tres textos tienen, en donde la máxima del arquitecto provoca cierta trascendencia para los historiadores. Ahora bien, como si fuera un ejercicio de taller, descompongamos y recompongamos la consigna del arquitecto; se presenta sin duda dos esferas de estudio que pudiéremos discriminar según cada mirada historiográfica y que son constante en las tres: la primera, una esfera descriptiva que toma avances constructivos y elementos formales, como: construida sin reglamento, contra los desastrosos reglamentos. Hecha para hombres, hecha a escala humana. También hecha en la robustez de las tecnologías modernas que manifiesta el nuevo esplendor del hormigón en bruto4- la segunda una esfera analítica que desarrolla contribuciones teóricas y procesos sociales aplicados a la arquitectura, un ejemplo: Hecha al fin para conseguir los recursos sensacionales de la época al servicio de la casa - la célula fundamental de la sociedad.5 Una tercera, producto del estilo historiográfico que da aportes individuales, objetivos y críticos al estudio de la historia de la arquitectura en el siglo XX.

Empero tomaremos la segunda esfera de estudio como eje fundamental del desarrollo de esta intervención. Es así, como en la obra escrita por el historiador suizo S. Giedion, se reserva un subcapítulo al arquitecto titulado, “Le Corbusier y los medios de expresión arquitectónica”. Aquí se habla de las unidades de vivienda, describiendo cómo la evolución inducida por el ing. Maillart, quien hace que el hormigón pierda su rigidez, llega al punto culmen con los avances técnicos en la construcción de l’Unité misma a finales de la década de los cuarenta. Pero lo más relevante son estas líneas; “el experimento más interesante de este conjunto era tomar el centro comercial de la calle y colocarlo en la plata central del propio edificio”6 es aquí donde Giedion formaliza su tesis y su contribución teórica; en este texto l’Unité reúne el imaginario de la sociedad, hace un gran avance en el cambio rotundo del concepto de vivienda, pasa a una dimensión individual – casa – a la dimensión colectiva – l’Unité. Además confronta la implicación social del proyecto al plantear el concepto de un edificio que resulta mostrarse como tal, pero que debe descubrirse como un conjunto de partes y por ende como un proyecto urbano habitacional, un proyecto en camino de humanizarse.

Entonces para Benévolo, aunque no se distancia del estilo sobre exaltante que podría leerse en las dos anteriores obras, hace criticas profundas entre la relación del edificio y la ciudad existente, la autonomía plástica y el complejo urbano y la composición de los submúltiplos en relación a la actividad de estos. Sin embargo en Benévolo la contribución social de l’Unité con el desarrollo de la historia de la arquitectura y la ciudad se hace también evidente; “… se trata de llenar la distancia, ahora ya demasiado grande, entre la dimensión de la ciudad moderna y la dimensión de cada edificio”7; aquí se plantea un interrogante profundo entre el programa urbanístico en l’Unité. Otro eje transversal de la intervención historiográfica de Benévolo a l’Unité, quien la presenta como una hipótesis al problema urbano del momento, la condición de restauración y reconstrucción del sistema habitacional propio de la posguerra en Europa; por ultimo el autor centra su tesis en la relaciones unidireccionales y bidireccionales que proyectan diferentes trazados en el programa de l’Unité y que sin duda alguna representan las relaciones sociales del hombre moderno.

Son estos tres diferentes pero constantes puntos de vista que reafirman el esquema de intervención y redacción en la manera de hacer historia de la arquitectura moderna y nuestro caso de estudio l’Unité d’Habitational de Marseille.


1 Le Corbusier OEuvre Complète 1946 – 1952; Publiée par W. Boesiger; Editions Girsberger Zurich, 1953 pág. 189.
2 Cita, reseñada en el texto como palabras de Le Corbusier. Es una traducción e interpretación propia.
3 Historiografía. (De historiógrafo).1. f. Arte de escribir la historia. 2. f. Estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre historia y sus fuentes, y de los autores que han tratado de estas materias. Fuente DRAE
4 Le Corbusier OEuvre Complète 1946 – 1952; Publiée par W. Boesiger; Editions Girsberger Zurich, 1953 pág. 189.
5 Ibid.
6 GIEDION, Sigfried. Espacio, Tiempo y Arquitectura. Le Corbusier y los medios de la expresión arquitectónica. Editorial Reverté. Barcelona. 2009. Pág. 532
7 BENEVOLO, Leonardo. Historia de La Arquitectura Moderna. La segunda posguerra en Europa. Editorial Gustavo Gili. Barcelona. 1986. Pág. 812.


Edgar Andrés Ramirez Aguilar

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